jueves, 6 de octubre de 2011

A los ricos de este mundo, avaros de tercera

Ah de la grandeza humana
de aquel que se cree un dios
y se arrodilla ante el mismo
venerando sus hazañas
que con sangre marco su paso.

De tanta codicia
su ego engrandecía
por que era tanta su abundancia
que miraba bajito a la pobrecia.

Oh aventurero del mal
hoy tuviste suerte y cosechaste fortuna
mas el ingrato amor se te negaba como lo deseabas
pervirtiéndote en falsos amoríos
que con riquezas comprabas, en la ramera más bella.

Eres lo peor, aunque te creas el mejor
y aun así en tú avaricia, más cosechabas convirtiendo el oropel en oro
más el desamor siempre te vencía,
bajándote a la pobre condición humana
volviéndote un ciudadano de tercera.



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