martes, 7 de febrero de 2012

Colombia, el reino de las injusticias

Que desgracia más grande en un país tan bonito sucederle todo lo que le sucede.
Meca de la corrupción y el desfalco al estado en la más completa impunidad y aun así es un país democrático, que tal, hay democracia para robarse los bienes públicos.
Los políticos mueren de viejos cansados de burlarse de un pueblo sometido con toda clase de barbaries.
Siempre en guerra en todo estamento, institucional, poblacional, por drogas, por insurgencia y por paramilitarismo, apoyados por los mismos que son los dueños de todo y no dejan nada a los demás.
Productor de petróleo con una vena rota que se lo lleva todo al extranjero y para el consumo interno precio de país rico en un país pobre.
Dos mares hermosos que para el consumo interno no representan ni un mísero pescado.
Montañas soberanas productoras de toda clase de productos agrícolas donde las gentes viven a escondidas de la violencia.
Aliado a la gran superpotencia que la usa de caja menor, se lleva sus recursos naturales, manipula a su antojo el diario vivir  y deja más pobreza y violencia.
Habitantes con nulo nacionalismo y no por no querer la patria si no por que brinda muy poco de lo tanto que tiene.
Muchos pueblos aun no pasan la barrera del siglo XX, atrasados en infraestructura, tecnología, educación y salud.
De reojo ve los recursos naturales pasar ya que el carbón, el petróleo, el oro, las esmeraldas y el ferroníquel es pertenencia de potencias extranjeras que no dejan si no la tierra improductiva, estéril y pueblos desiertos y los mismos que se roban todo hablan de ser países que cuidan el medio ambiente pero no el de nosotros, por que lo destruyen todo a mansalva.
Porqué de tanta amargura en un tremendo país como este, privilegiado en todo sentido y austero en brindar a sus muchos habitantes que temerosos callan las infamias del diario vivir.
Ah de mi pobre país, el país de epulón y del rey midas en sentido figurado, llevado al límite en sus necesidades y sosegado hipócritamente, para que no se levante de la infamia.