En un país que no ofrece nada, que en vez de velar por sus ciudadanos, los ataca, los persigue, los perjudica, quitándole todos los derechos e inventando cargas injustas para solventar la corrupción, el despilfarro y la violencia en las ciudades y campos.
Disgregado siempre manipulado al antojo de seres duros en apariencia pero desvalidos y corrompidos que hablan del bien comunal beneficiándose solo ellos mismos y sus amigos.
Pobre de esta patria, ¡Cual patria! Si siempre va en contravía de sus gentes y en beneficio de quien atesora en el poder con dineros públicos e inversiones hechas a su medida para seguir beneficiándose siempre de quien ya no da mas por tanta imposición injusta hecha ley que a la vez justifica en pos del desarrollo.
Vaya democracia, los mismos que envejecieron en sus puestos de resonancia viviendo siempre del erario y hoy día gozan de buen retiro y jubilaciones sustanciosas incoherentes en un país pobre pero recibidas como reyes por sus personajes que hablan de las bondades retribuidas en el bien social.
Para progresar aquí hay que aliarse a algún grupo casi siempre delincuencial que manipula según la región y si es en las ciudades al grupo que manipula las leyes y eso si gran benefactor al momento de las elecciones y casi siempre atinando en el ganador que les devolverá favores en licitaciones amañadas y descaradas mostrando todo el desgreño y la corrupción mas insoportable que a la vez se queda en folios sin resolver y en la mas completa impunidad.
De miedo decir cosas en el país que castiga con el silenciador y la moto que te acosa provocándote miedo y que te calla por las represalias que vez en los muertos que exigieron los derechos.
Desposeídos, relegados, apátridas, desplazados; es el producto de quien tenia su tierra buena y a la fuerza vendió su alma para quedar relegado y ambulante en alguna gran ciudad.
Sin protección se ve excluido a la más horrible miseria afectada por la violencia y carente de toda política estatal.
Y quienes gobiernan ríen en la cruz que otros cargan y ellos poseedores de las tierras buenas fueron los directos benefactores a los que desplazaron.
Leyes absurdas, manipulación productiva, precios escandalosos y ricos más ricos frio panorama de una nación llamada Colombia.
Aquí no hay tiranos, no hay soberanos; hay capos, gamonales y empresarios disfrazados que a desdén se benefician de la riqueza nacional.
Con burla y con saña de la congoja alaban la patria los timadores que creyéndose patriotas de un pueblo sumido por ellos a la extrema y a la pobreza.
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